Tres minificciones de Marcos Rodríguez Leija
Marcos, inventor de mundos, nos reafirma el poder lúdico del lenguaje y nos reta, a sus lectores, a seguirlo entre las palabras al mismo ritmo que nos deslizaríamos por una pendiente. Sin perder nunca la tensión y a menudo con tono hilarante, cada letra abre un universo de percusiones, bisbiseos y sobresaltos. Pero, si bien la técnica ocupa aquí un lugar especial, más allá del mero artificio el autor adereza el texto con los condimentos existenciales que solo se pueden encontrar en la vivencia profunda, la que nace tanto de los libros leídos como de los caminos andados: mitos, historia y relatos urbanos se dan la mano. A un tiempo clásico y posmoderno, Pequeño abecedario trágico es uno de esos libros únicos en su especie, que no permiten concesiones, que deben leerse en su propia dimensión y que vale la pena compartir.
(Marisol Vera Guerra)
Las alhajas
La cabaña da al mar. La mar arrastra algas a la playa. A la .playa, a la cabaña avanzan balsas, atracan, bajan damas gallardas. Las madamas galanas cargan alhajas baratas. Las alhajas falsas, nacaradas, apantallan a Barrabás. Barrabás saca la navaja para asaltar a las damas tacañas. Las ávaras (alarmadas) lanzan las alhajas al mar. La mar las arrastra. A rastras Barrabás vas tras las alhajas, nada. Nada afana, nada alcanza, nada agarra. Agarradas a las balsas las damas gallardas, tacañas, avanzan hasta la atalaya. La atalaya da al mar, más allá. Más acá la mar traga las alhajas falsas. Más acá la mar, la calaca, tragan, atragantan, apagan al macarra Barrabás.
Leyenda legendaria
La luna, luminosa, lamía los lagos. Lebreles ladraban lejos. Lucrecia, lastimada, largaba lágrimas.
Lázaro, labrador lunático, la lazó. Le lanzaba latigazos, la laceraba. Luego, lujurioso, le lamía los labios, los lomos.
Lucrecia, lívida, logró liberarse. Luchó, lo lesionó.
—¡Lo lamentarás!
Lázaro la localizó lavándose las lesiones. La lapidó, la liquidó.
Lucrecia (licántropo longevo) languideció lentamente lancinada. Los lobos (leales, lacios) la lamieron largando lágrimas. Luego las laderas, la luna, la lejanía, lucieron lúgubres.
Vampiro vanguardista
Visitó videntes. Vaticinaron vitalidad varias veces.
—¡Vóitelas! —vitoreó Victoriano, vivificado.
Vampiros volubles, virulentos, vilmente vocearon vituperios, vulgaridades.
Victoriano, veterano vampiro vanguardista, vetó vigilias, virreinas, vasallos, veterinarios, viudas voluptuosas.
—¡Vergonzoso! ¡Vendido! —verraquearon.
—¡Vivan vuestra vida! —vociferó valientemente.
Volviéndose vegetariano, Victoriano vivió veraneando veinte vidas venturosas, vigoroso, victorioso.
Pequeño abecedario trágico,
Ediciones Morgana, 2022.
Marcos Rodríguez Leija es un escritor, periodista, artista audiovisual y músico neolaredense. Su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, portugués y alemán. Premio Nacional de Periodismo 2000 en crónica en medios impresos; Premio Nacional de Literatura del Programa Editorial del Instituto Mexiquense de Cultura (IMC) 2002; Premio Nacional de Poesía “Timón de Plata 2002; Premio de Poesía “Juan B. Tijerina” 2013 y Premio Internacional Dominicano “Cántame un poema” 2019. Es autor de varios libros de cuento breve, minificciones, poesía, literatura infantil; y cuenta con una producción discográfica con canciones de su autoría.
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